La sangre de los emprendedores. ¿Y sabes qué tipo de sangre es esa?
La que lleva nuestro padre, Félix. Él fundó CORIMA (Comercial Riojana de Manutención S.L.) en el año 1987, con tan sólo un R4 y el corazón más grande que un camión. Casi nos atrevemos a decir que fue el primer mecánico en todo Logroño y La Rioja reparando carretillas elevadoras.
A finales de los años 70 surgieron este tipo de carretillas. Un día alguien dio un aviso al taller donde trabajaba nuestro padre: “¡mi nueva carretilla esta averiada!”. Por esa predisposición y habilidad que tiene él para dar soluciones a los problemas, su jefe le dijo: “¿la reparas tú?”.
Lo hizo, por supuesto, y lo hizo durante varios años, pero trabajando para otros, hasta que al final, con más ilusión que dinero, decidió abrir por cuenta propia su taller especializado en maquinaria para la elevación y transporte.